La madre Terra.

“Miedo, es lo que debe tener el cielo.
Será invadido por amantes delirantes por un beso…” Dice Saúl Hernández.

“… O por una mamada.” Digo yo.


No quería ir, de verdad no quería ir.

Me dijo que estaba en la oficina de su amigo y que su amigo estaría presente. Ando tan caliente que eso me valió. Por lo menos en teoría. La traigo dura desde que me subí al metro. Son las diez de la noche, me vine sin pedir permiso y voy a ver a dos weyes. No he visto a uno, pero me muero porque me la mamen por primera vez.

Me contacté en el chat de Terra, uno dice tener diecinueve; yo le dije que dieciocho aunque en realidad apenas voy a cumplir diecisiete. Su amigo treinta y dos. Me cachondearon poniéndome su webcam y enseñándome cómo me la mamaría el de 19 mientras se la chupaba al de 32. Aunque 32 parecía tenerla de 19… centímetros. Se la comía toda, le resbalaba la lengua, de las bolas a la punta, se la clavaba hasta las anginas, el vato grande manejaba la cámara como director de porno. Veía sus webos ensalivados, su cabeza grande, la lengua de aquel mojada y las venas saltando. Puta, nomás de acordarme se me nota un chingo la erección, lo bueno es que voy por una calle oscura y sin mucha gente. Me la sobo por el bolsillo.

Con las señas he llegado, es un cibercafé, están solos, me abre la puerta 19 y me guía hasta donde está 32. Está muy grande para mí ese wey, me da miedo, se ve muy perverso con su barba de tres días, la mirada cachonda, las manotas enormes, los bíceps bien marcados, su uno ochenta y pelos de altura. La siento más dura, se da cuenta. Y me ve con ganas de cogerme. 19 me toma de la mano y me lleva a una silla, me ha salvado de la mirada de aquel wey, me sienta frente a una compu y trata de darme confianza. Este es más tranquilo y no tan aventado, me gusta, es delgado y tiene cara de muchachito bueno, sus manos son suaves y delicadas, es lampiño y de ojos color miel. Me pone porno en la compu y me pregunta si me gusta. Me soba la verga sobre el pantalón y no hace falta responder.

El porno me vale verga, la mano de este wey me la soba muy rico, la luz del algunos monitores hacen el ambiente cachondo y a media luz, me dejo querer, recuesto mi cabeza sobre el asiento de la silla y 19 me quiere desabrochar el pantalón pero batalla y lo dejo así. Repentinamente siento una mano extra sobre mi pierna, no me di cuenta de cuando 39 se sentó a mi lado, supongo que tenía un rato observado las maniobras de 19 y quiso ayudar, Me presiona con sus manazas mi muslo, me da miedo, le retiro la mano, pero el insiste. Me gana. Él es quien logra desabrocharme el cinturón y después mi pantalón. Se da un bajón pero le detengo la cabeza y no lo dejo que me la mame. Quiero que lo haga 19. Capta y se retira y empuja la cabeza de 19 a mi verga erecta. Siento cómo se la traga y le toco las anginas. Uff.

39 se empieza a sobar su bulto, lo tiene enorme, me da miedo pero me intriga saber qué tiene adentro, me toma una mano y me guía, me resisto un poco pero la lengua de 19 me distrae y alcanzo a tocarle el enorme paquete bajo el pantalón; no mames, es grande y durísimo, lo sobo un poco pero retiro la mano. Me asusta que me quiera coger. Repentinamente jala de los cabellos a 19 y le saca mi verga de su boca, se agacha, me la quiere chupar, me resisto pero con fuerza separa mis manos, ah, su boca es mucho más caliente que la de 19, me dejo un poco, me succiona con fuerza, me erecto más, no mames, me enderezo en la silla con lo que me hace sentir, quiere bajar mis pantalones pero no lo dejo. Me da miedo. Pero se siente con madre, uff… que mamada. Se levanta un poco e implora que me saque la ropa, ha levantado la camisa y eso lo aprovecha 19 para darme su ración de lengua en los pezones, en mi ombligo. No puedo más, si siguen así me voy a venir.


Si con una estaba caliente con dos lenguas estoy tocando el cielo, 39 ha convidado 19 a que me la chupen al mismo tiempo, ambas lenguas recorren mi falo, mis testículos; me separa las piernas con fuerza, estoy ardiendo. Intempestivamente hago el intento de ponerme de pie. Me arrepiento pero es demasiado tarde, 39 me invita a levantarme y baja mis pantalones y ropa interior hasta los tobillos con un tirón firme y fuerte. Estoy casi desnudo y me vuelvo a sentar, me recuesto, mis nalgas desnudas tocan la tela de la silla, me he olvidado de la porno, lo que vivo es mucho mejor, Ahora 19 se encarga de mi glande y 39 de mis webos, Es el cielo, casi siento su lengua rozando mi culo, pero todo es tan frenético que no sé quién me chupa qué. Los muslos, las ingles, el ano, no mames, no sabía que se sentía así que alguien te chupara el culo. Y la verga. Me quiero venir con cuatro manos encima.

Ambos se han dado cuenta de lo cerca que está mi leche de volar al cielo, Se separan, Uno me soba las bolas y el otro el falo. Cambian de mano, me acarician el abdomen, dejo caer la cabeza sobre el respaldo de la silla, manos en mi cuello, me estiro, me pican el culo, me vengo. El semen vuela alto y caen en el teclado, en el monitor, en mi vientre, algunas gotas en la cabeza de 19. Ah. Ah. Ah.

Los dos sonríen maliciosamente, me gana la vergüenza, subo mis pantalones y sin limpiarme nada les digo que me tengo que ir. Siento un bochorno por todo mi cuerpo y una vergüenza y culpa que no puedo con ellas: nunca había estado con un hombre menos con dos. Jamás me la habían mamado, nadie, y ahora dos.

No me siguen, no me importa; siento la playera húmeda de leche. Vuelvo a casa, los pongo sin admisión. Mañana Terra me recibirá con las ventanas abiertas. Si esa fue mi primera experiencia gay no quiero imaginarme lo que me deparará el resto de la semana. O de la vida. Quién sabe, quiza algún día esto termine publicado en cierto blog.


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