De primera mano.


La mejor manera de poseer a alguien es dejándolo libre
 porque si está contigo libremente, lo posees.


 Algunos reencuentros son tan calientes como inesperados y todo por abrir alguna cuenta de Messenger olvidada. Aprendiz, sí, el mismo de Curva de aprendizaje me saluda y me reclama por no abrir mi cuenta más seguido. Chiquito, yo quiero abrirte a ti más seguido.

Es tarde, vive lejos y está en un cibercafé de esos que no cierran, su amigo lo dejó plantado para irse a putear en trío y ahora ya no sabe cómo regresar a su casa, en estas fiestas navideñas me pide posada. Pues véngase a mi cama le digo y acepta.

Voy por él, sigue tan lindo como lo recuerdo, pelo lacio, alto, delgadito y cachondo como él solo. Se le frustró un trío y se quedó con el culo caliente. Me pide trío a mí y en realidad traigo más flojera que calentura, sé que es difícil de creer pero no sólo de culo vive el hombre también de alguna tierna plática, de admirar su belleza o escuchar sus aventuras. Le advierto que en casa hay visita y eso le alborota, más, la hormona ¿trío? Insiste. Lo dudo, la visita acaba de cenar le digo sin que me comprenda, se lo acaban de coger, traduzco. Se agüita.

Estamos en mi cama, vestidos, platicando y poniéndonos al corriente de nuestras correrías individuales, sé que no ha cenado y le ofrezco un Milky Way del bolo que me dieron en navidad por la acostada del niño. Hoy también habrá acostada de niño y le doy a probar la barra de chocolate en la boca. Abre lentamente y la empujo suave en su interior, la rodea con sus labios finos, entrecierra los ojos y mi falo se ensancha, empieza a chupar el trozo de chocolate que simula tener venas, se saborea y dice: casi tan deliciosos como... baja la voz, la mano y me agarra el paquete. Muerde, se deleita, gime. El juego es cachondo y veo que a él también le ha hecho efecto. Entra y sale bañado de saliva, el dulcito que viene dentro empieza a escurrir por su comisura, le planto un beso y me sabe a miel. Faje con ternura, sin prisas, con hambre, sin playeras, con dientes y lenguas, sin frío.

El timbre de su celular nos pesca con el último trozo de chocolate entre los labios. Mensaje y textea. No veas me pide. Me da flojera espiar pero solito me dice de qué se trata. Es un tipo que trabajaba de encargado en el ciber de cabinas, cuando él iba el tipo lo seguía y le daba chocolate. O el receptor de mensaje lo confunde o de plano no quiere recordar buenos tiempos, después de varios mensajes el celular se calla. Aprendiz me pide el baño y yo me deshago de mi pantalón quedándome sólo en boxer apretaditos. Regresa y le advierto que si se va a acostar con la ropa puesta amanecerá con todo arrugado. Le sugiero que se desnude y acepta gustoso quedando sólo en unos coquetos boxers ajustados, nos metemos entre las sábanas y la situación queda laxa. Platicamos, me interesa mucho lo que le agrada, sus estudios, sus amores, la cita con su amor platónico mañana, la prueba superada de su ex. Pregunto por sus escritos y me dice que no ha trabajado en ellos, le recomiendo que no sea flojo y se ponga a escribir como yo, relatos eróticos. Se ríe y confiesa que nunca ha entrado a mi blog, me pide que le muestre alguno y claro que le muestro todos impresos. Le pregunto si quiere leer y accede. Se pone de lado dándome la espalda y el culito, lo abrazo y por sobre su hombro le respiro en la oreja y mi mano descansa justo sobre su pubis. Empieza la lectura de Música Pop.

Aunque poca gente comenta en este blog muchos lectores me siguen en twitter o me tienen en sus Messenger, me han comentado cuanto los erecta leer las historias de este espacio, algunos me dicen que acompañan la lectura con saludables movimientos de muñeca hasta alcanzar el orgasmo. Varias veces. Por supuesto que es un placer saber que estas letras provocan esas reacciones pero… comprobarlo de primera mano como esa noche no tiene punto de comparación.

El paso de una hoja a otra aumenta la temperatura del relato, alguna risa o comentario como “escribes tan sucio pero a la vez tan excitante... tan puerco” me inflan el ego y otras cosas. Mi mano sigue en el borde de su boxer, la lectura provoca su erección y la puntita de su falo empieza a rozar mi palma, no estoy seguro que sea lo que pienso que es así que me cercioro y bajo la mano. Oh, sí, es una tremenda erección provocada por la lectura. Que pena, dice mientras sigue leyendo. Mi pene termina de erectarse y de acomodarse entre sus nalgas. Estamos duros y calientes. Sigue leyendo mientras se repega en mi erección.

¡Ah! No mames, que cachondo relato, dice mientras deja caer las hojas de su lado de la cama, se voltea para verme de frente, repegar su erección contra la mía y pedirme más detalles de esa historia. Le garantizo que cada evento relatado fue así como está descrito, mete la mano bajo las sábanas y toma ambas vergas, bueno que importa que no haya trío, quiero coger contigo dice mientras acerca su cara a mi pecho, me pregunta que dónde se los eché, que si tenían bocas calientes como la suya mientras me saca el boxer y se mete mi verga erecta como si fuera el Milky Way de hace rato, con hambre, lento, cachondo. Empezamos a fajar, abrazos, besos, mamadas, mordidas, pezones, ombligos, pelitos, precum, suspiros, tu amigo, gime, no viene, cógeme, va. 



Lo pongo de perrito y le beso el culo, se deleita viéndose en el espejo, me excito viéndolo dispuesto. Me pongo el condón y lo clavo lento, siente como se desliza el glande entre las pliegues de su ano, grita quedito y me pide que lento, me detengo con sólo mi cabeza dentro, respira e indica que puedo proseguir, mis centímetros empiezan a horadar su interior, está caliente y aprieta rico, el camino al interior lo recorro con milimétrico avance, el llegar al fondo me lleva una eternidad en la que los dos, lo sé, lo gozamos arañando el cielo. Me ha recibido y empiezo la labor darle placer, entro, salgo reiteradamente. Tomarlo de la delicada cintura a la vez que me deleito viendo mi carne entrar y salir de él me pone a cien. Feliz.

Un cambio de pose me lo deja con los pies al aire, voy a entrar y entro. Lo goza al mismo tiempo que lo sufre, creo que pone cara de dolor y eso me hace darle más duro, me pide que pare, que me salga despacio, obedezco porque no me gusta lastimar innecesariamente. Espera, dice mientras va al baño. Lo espero desnudo y erecto. Regresa y me confiesa al oído montándose en mí que en el ciber alguien se lo cogió muy duro y lo lastimó. Siento bien rico cuando me la metes y más cuando llegas al fondo pero cuando la mueves hacia afuera me duele, ¿te parece si le seguimos en la mañana?

Sí, le seguimos en la mañana.

         Feliz, muy feliz año nuevo



1 comentario:

  1. Muy cachondo y sexy como siempre felicidades y espero que tengas un muy buen año

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