Cumpleaños.

La fiesta es aburrida aunque te haya invitado tu amiguito. Hay pollo asado, gel, carnita asada, cubrebocas, papas asadas, cubrepitos no traje, y vatos pasados que pasan y te agarran el paquete. Fiesta gay.

Hay divas, cholos los menos, bonitos, medianos, feos. Algunas mujeres, biológicas aclaro, amigas del agasajado. Ya saben qué onda. Está concurrida la reunión en plena pandemia y ya he visto algunos dándose la manita o besitos todos ñoños con sus cubrebocas. El anfritión cumpleañero me prometió que podía haber acción. Lo dudo salvo que sea el kareoke con música de señoras. Es un depa frente a los condominios Constitución, por estos lares abunda la putería. Oh, si esos depas hablaran.

El depa es estrecho pero tiene balcón, he entrado y salido y salvo algunos fajes fugaces y una mamada que le dejaron dar al anfitrión con un wey mamado, no veo mucha más acción. Me instalo cerca de la puerta que da al pequeño patiecito cerveza en mano y la otra en la bolsa del pantalón rozando el paquete con la punta de los dedos. Desde aquí divisio todo el panorama.

Alguien está clavando su mirada en los rozones que doy sobre mi pantalón al pene casi erecto. Funciona. Un tímido "hola" inicia la aventura. Él habla, yo bebo y miro. Él dirige su mirada más a mi bulto que a mis ojos. Salud le digo y se empina el vaso de vodka con jugo de uva. Salud. Lo jalo al patio y apago la luz, hay suficiente con la de la cocina para mostrarle lo que le tengo guardado. Lo siento indeciso y preocupado por los invitados que andan cada quien en su asunto. Me desabrocho el pantalón y le jalo la mano para que la ponga sobre mi trusa llena. Guarda silencio pero lo hace bien. Le acaricio el pelo cortito de la nuca, sabe qué le voy a pedir. Con la otra mano le dejo libre lo que tanto ansía ver. Lo soba de arriba a abajo y me toca los testículos. Lo sigo teniendo agarrado de la nuca y un leve empujón lo encaminan en la dirección correcta. Bingo.

El muchacho mama con tanto esmero como con pericia. Le toco las anginas y no le suelto la parte posterior de su cabeza. Suspira hondo y siento mi falo ensalivado. Agarra un poco de aire retirándose de mi pubis, no, no le he soltado la nuca y lo halo para que siga con lo que inició. Yo doy la espalda a la puerta de la cocina, él está hincado frente a mí. Repentinamente la luz de la cocina se ha apagado y el nene se siente más en confianza. Succiona los webos, me besa las piernas, aspira el aroma de mis vellos púbicos. En ese trance estoy cuando escucho a mis espaldas el tintineo de unos hielos en algún vaso casi vacío.

Volteo y está el cumpleañero, él me invitó y el prometió. Le cierro un ojo y lo dejo ver. El nene no se inmuta, sigue en lo suyo. O en lo mío. No le he soltado la nuca, lo sé, soy bien necio. El anfitrión suelta su vaso y empieza a sobarme el pecho, me abre la camisa y manosea mi abdomen. Me la pone más dura. ¿Quieres? Con un leve asentimiento me hace entender que ese será su regalo. Lo dejo pasar al patiecito y con mi mano libre le agarro también su nuca. Ya sabes de qué va.

Se ha hincado al lado del nene y lo ve hacer. Se relame los labios mientras ve mi trozo entrar y salir de esas boquita tan caliente. Se la saco y se la ofrezco al cumpleañero. Nene agarra aire, Cumple agarra carne. Mi anfitrión otras veces me la ha mamada pero generalmente en circunstancias menos expuestas. Lo hace genial.

Bien, es hora de que los jovencitos compartan. Mi otra mano empuja otra nuca. Ahora son dos lenguas recorriendo mi carne. Par de salivas, par de lenguas, par de huevos uno para cada uno. Lo saben hacer, hay que reconocerlo. Los intercalo, mientras uno me chupa el falo, el otro los testículos. Genial. Ahora se desviven por saborear mi glande, primero uno, luego el otro, a un tiempo los dos juntos rozando sus labios y dándose besos fugaces con mi verga erecta en medio de esas bocas hambrientas.

 El tiempo, el ruido, la luz, la fiesta se ha ido, son sólo ellos dos hincados rindiéndome pleitesía, les veo las miradas que me dedican desde allá abajo hasta mis ojos perversos. Se ven divinos, no hay video sólo porque tengo ambas manos ocupadas, y sus manos también se deslizan por mis piernas que aún visten el pantalón, los chamorros, mi pubis, mi abdomen. Se sienten calientes y me van a hacer venir. Mis gemidos les avisa. Se disputan mi verga, ambos quieren el premio, ya casi. Les suelto la nuca y me tomo por la base el pene duro. El primer chorro, así tenía que ser, es para el cumpleañero, bebe desesperado pero aun así le guardo algo al nene nuevo, sale de una boca escurriendo leche y entra en otra que se muere por recibirla. Van chorros para llegar a su garganta. De todos modos se la quito de la boquita y ambos la buscan con desesperación. Vuelan mecos que no pueden atrapar pero hacen el intento poniendo sus lenguas en la punta de mi tranca. El piso de la lavandería quedará tan marcado como sus traqueas. Mierda, que megavenidota.

Los dos sonríen entre ellos y giran sus miradas hacia mi estatura. Se relamen la comisura de los labios, se las limpian mutuamente, ocasionalmente recorren su lengua para recoger las gotitas que aún salen de mi verga. Besos por todos lados. Lenguas calientes y pegajosas. Se han puesto de pie. Uno me abotona la camisa, el otro me acomoda la trusa. Beso a tres bocas con dos de ellas pronunciando como apenas se puede: feliz cumpleaños. La otra sólo sonríe y deja escapar un casi inententdible "gracias". Los dos se van, yo me quedo a terminar mi bebida. Salud.

¿Dónde dejé mi cubrebocas?

Feliz, feliz no cumpleaños diría Alicia.



Ceterro
Enero 2021